Verano en Roma

El calor ya ha llegado a Roma y eso implica que cada vez se hace más pesado salir de casa por la mañana. Las largas horas de paseo y turismo matutino son ahora imposibles a no ser que vayas equipada con gafas, sombrero, paciencia y la botellita de agua de rigor para ir rellenándola en cada fuente de la ciudad. Pero también con el calor y la imposibilidad de aprovechar las mañanas como antes, surgen nuevos planes para disfrutar de la ciudad de otra manera. 

Desde hace unos días ya están en el río los puestecitos y los bares que llenan el Tévere de ambiente, ya que prácticamente todas las noches de la semana están llenísimos. Abren por la tarde, a última hora, y hay puestos de todo:  tiendecitas, varios sushi bar, sitios para cenar, bares donde hay música en directo... Un plan perfecto para disfrutar de la noche romana sin morir asfixiado de calor. Eso sí, recomiendo ir embadurnado de Aután para evitar las picaduras de los mosquitos asesinos que han invadido Roma. 

También es la época perfecta del año para aprovechar los parques de la ciudad, como Villa Borghese, Villa Doria Pamphili o I Giardini degli Aranci, en el Aventino. Un buen plan es alquilarse una barquita en Villa Borghese, o irse de picnic a cualquiera de los jardines, con una buena botellita de vino a ver il tramonto.

Y por supuesto, cuando el calor lo permite, a eso de las cinco de la tarde, se puede seguir disfrutando del centro histórico de Roma.Una de las cosas que más me han gustado de la semana pasada ha sido irme al Caffé Sant´Eustachio (dicen, con bastante razón, que es el mejor café de Roma), en Piazza Sant´Eustachio, comprarme una mousse de caffé con panna (buenísimo, una perdición) y tomármela sentada enfrente del Pantheon escuchando a los músicos que siempre están por allí. 

  

Caffé Sant´Eustachio, donde además de tomar su famoso capuccino, se puede comprar ccafé, chocolate y otros productos.